dedo gordo

En lugar de lágrimas, relámpagos. Le echó al secreto siete candados. Y caminó por el borde del sol en silencio.
El asno le dijo, sin dudarlo: "no pierdas el tiempo". Buen consejo, pensó, mirando a una hormiga en su dedo gordo. Con la mordida sintió dolor. Y también alivio. 

Comentarios

Entradas populares