quizá todo sea uno, menos el vacío



nos dice Nicolacito de Cusa:
la idea sería que sin mente no hay número, 
y es interesante
porque aquí plantea el Cusano
esa desconfianza por lo múltiple
que en puntitas de pie
se mete por todos lados
desde muy antiguo
en el fondo hay la unidad absoluta
y pensando la rompemos
en mil partecitas analíticas;

ahora bien,
esa unidad puede ser infinita
pensemos en la única sustancia
de Spinoza, 
en la res extensa
de Descartes,
la geometría analítica misma 
depende
y mucho de esta segmentación
abstracta de lo absoluto
la topología también requiere
de conjuntos y partes
necesita de objetos
de partida;
quiere decir que cuanto
más abstractos nos
volvemos
más generales las particiones,
pero siempre se requiere
dividir para pensar;
categorizar un origen
y sobre el origen construir
esqueletos generalísimos


el Tao, a su modo, quizá sea
uno especie de Uno indefinido;

Alain Badiou, teólogo moderno
de lo infinito, 
de algún modo
establece, sin querer queriendo
lo múltiple como la unidad misma
reduciendo todo al infinito
si esto es posible,
habiendo un solo origen, por más que
sea el compuesto de infinitos
infinitos infinitísimos, 
sigue siendo uno
y lo mismo, 
porque la
idea matemática del infinito
en cualquiera de sus sabores
es todo menos algo indeterminado
creemos;

para erradicar lo uno deberíamos
considerar que la madre de todo
es el vacío, 
pero no un vacío
de teoría de conjuntos
sino todo lo que no es definible
eso que no es ni puede ser
algo específico y constante
no al menos definitivamente;

sin sustancia 
no hay unidad última,
si la esencia de cualquier cosa
es tendiente a la nada misma
entonces uno es nada y todo
desaparece y reaparece
con azar
pero, de nuevo, no con
un azar matemático

eso que llamamos algo
es nada
o en todo caso
es una sustancia parcial
que dura
lo que una configuración
parcial del paisaje
intermitente

puede que la intermitencia
nos parezca sólida
pero las percepciones
son parciales

¿se conserva algo?
tal vez, pero sólo
provisoriamente
puede que las constantes
mismas sean inconstantes
puede que muten hasta 
las leyes naturales

nada existe, sólo persiste
y apenas si resiste
un número indeterminado
de instantes
el tiempo mismo no sería una
secuencia ordenada
de eventos
porque el orden es parcial
y se diluye en desorden

el orden entonces no sería
resultado de una configuración
mental, a lo Kant,
el orden vendría a ser un accidente
cósmico y mutante
aunque a nuestros ojos parezca
algo bastante coherente



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