soneto a la leyenda de don Luis


Son floridos los días de Luis:
mujeres, cigarrillos y champán
mil y una noches de Bon Vivant
en brazos de solares epidermis

Sabe tener los ojos llenos de risa
parlando pronto aligera lo grave
con modales de nirvana breve
cuelga su guirnalda en la cornisa

Las barbas de sus sueños fecundos
andan desnudos de toda tragedia
ni uno solo de sus muchos segundos
cabe en la más dandy-enciclopedia.

Las espinas se abstienen de pincharlo.
Ni el beso de Venus podría enamorarlo.


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