cuadernos tibetanos

dentro de su uno y otro y por si acaso triángulo pero fuera de esta suerte sólo un punto aparte

me reconozco en las hormigas en el canto del búho en el viento que silba en la lengua de la rana en una gota de sudor que cae desde la frente de cualquiera y sobre todo en el lunar que oscurece la espalda de la luna me reconozco en las hormigas

el número entristrece es de mala suerte

de pie el tiempo viejo descalzo

Eeva Hannula nítida la idea en general borrosa en el detalle me aquieta bastante su música aunque se desarme

domingo partiendo nueces de pecán entre mate y mate bosteza Pablo bosteza Daveyba

el río no tiene historia ni memoria el río no sabe lo que dice y no le importa correr por correr el río es traidor, opina alguna gente pero no es verdad el río nunca traiciona el río no tiene historia ni memoria el río no sabe lo que dice y no le importa

entre veinte otoños prefiero el primero rodillas peladas del sol en el cielo entre veinte otoños prefiero el primero

José Pedro Croft vía: dark silence in suburbia sentado en otro silencio sin pedir permiso en oscuridad que ignora el espejo y la hora con las palmas abiertas y en cada una un cascarudo seco apenas respiro apenas pienso sentado en otro silencio sin pedir permiso

casi un litro y medio de agua 400 gramos de aserrín 200 gramos de viruta 140 gramos de afrechillo de trigo y 60 de yeso todo eso nos da unos dos kilos de hongos según calculo

atolondrado era una palabra que usaba mi abuela paterna

Warsheh : Arsheef se levanta la noche y tal vez presagia por cada sombra una piel de gallina caen las hojas del sauce por el blanco de luna tierna que moja el cilantro soy un tiempo un tiempo que desaparece, me dice y siento dentro como un agujero su forma de decirlo me entristece arden rojos vivos en el brasero

Adrian Ghenie : Dr.Josef, 2011. Oil on canvas. vía: d ark silence in suburbia vuelve el menos en el más días de fiesta sin razón te preguntaría cómo estás pero soy buen anfitrión y sé que tu idea de lobo deja en la mente amargura que el tiempo que no te robo te devuelva la cordura