Entradas

Mostrando entradas de septiembre 6, 2025

verbo

El dolor tiene sentido, abre la herida. Sufrir nos hace humanos, respira la vida. El verbo encarnado, sombra y camino. Cuerpo que sangra, palabra de destino. El dolor tiene sentido, aunque nos quiebre. Sufrir nos hace humanos, aunque nos pese. El verbo encarnado, luz en la carne. Un grito eterno, que nunca acabe. El dolor tiene sentido, cuando nos nombra. Se queda en la sangre, se escribe en la sombra. Sufrir nos hace humanos, nos une en secreto. Un llanto compartido, es todo lo cierto. El verbo encarnado, misterio puro. En cada silencio, en cada muro. El dolor tiene sentido, no lo negamos. Sufrir nos hace humanos, porque amamos. El verbo encarnado, sigue latiendo. En lo imperdonable, en lo que muere y renace adentro.

estamos perdidos

Nada que perder, porque todo está perdido. Desde que nacimos, hasta el último suspiro. No creo en Dios, gracias al cielo. Pero estamos perdidos, en el laberinto. Nada que perder, la vida es un hilo. Se rompe en la mano, se queda en el frío. Nada que perder, porque todo está escrito. Desde que nacimos, hasta el último grito. No creo en Dios, gracias al cielo. Pero estamos perdidos, en el laberinto. Las puertas se cierran, no hay salida. El eco responde, con otra herida. Nada que perder, porque todo está perdido. El cielo vacío, nos deja sin destino. No creo en Dios, gracias al cielo. Pero seguimos perdidos, en el laberinto.

no suceden

Las cosas que no suceden, se quedan flotando. Un eco sin nombre, un río cashado. Las cosas que no suceden, tiemblan despacio. Sombras sin cuerpo, fuego apagado. Las cosas que no suceden, me miran de lejos. Son sueño sin puerta, espejo desierto. Las cosas que no suceden, me duelen, me salvan. Abren caminos, que nunca se andan. Las cosas que no suceden, no mueren, no viven. Habitan el aire, silencio invisible. Las cosas que no suceden, regresan de noche. Susurran sin vozs me roban el cobre. Las cosas que no suceden, se encienden sin fuego. Me dejan sin piel, me dejan sin sueño. Las cosas que no suceden, me esperan, me shaman. Un mundo en la sombra, que nunca se acaba.

fantasma

Un fantasma recorre, la hora vacía. No tiene cuerpo, pero respira. La metafísica tiembla en su sombra. El tiempo ardiendo, se desmorona. Un fantasma recorre, la esquina del día. Habita el instante, que se disipa. No dice nada, pero lo nombra. El momento muere, la voz se asoma. Un fantasma recorre, lo impermanente. Se queda un segundo, y ya no vuelve.

imperdonable

Lo imperdonable, late en la herida. Pero igual te perdono, si sha me perdonaste. Es un toma y daca, es la vida entera. Una de cal, una de arena. Un relámpago, por un trueno. Hasta quedarse, sin reflejo. Lo imperdonable, no se disuelve. Se queda quieto, pero se mueve. Si me perdonas, yo me entrego. Si me condenas, yo me quedo. Es un toma y daca, es la vida entera. Una de cal, una de arena. Un relámpago, por un trueno. Hasta quedarse, sin reflejo. Y en ese trueque, de sombra y fuego. Se pierde todo, y queda el eco.

Copérn1co

Leshendo un libro, viejo, gastado. De hojas amarillas, tiempo cashado. Habla de astros, de órbitas lentas. Copérnico sueña, la tierra se suelta. Ilustraciones, de cielos antiguos. El cosmos respira, misterio continuo. Pienso en el orden, pienso en el ruido. Todo se enciende, todo es vacío. Las hojas tiemblan, susurra el viento. El libro guarda, ecos del tiempo. Copérnico gira, en sombras claras. El sol despierta, la noche casha. Leshendo un libro, viejo, de estrellas. El cosmos arde, nadie lo cierra.