cuadernos tibetanos

Algo duele, pero no se sabe. Se queda quieto, se esconde y arde. Un fondo oscuro, permanente, inestable, silencioso siempre. Algo duele, como un suspiro. No tiene nombre, pero está vivo. Un fondo late, sin movimiento. Pesa en la sangre, pesa en el tiempo. Algo duele, pero no se dice. Un eco sordo, que nunca se extingue.

Cae un piano al mar, las olas lo tocan. Un pez de papel, respira amapolas. Mundo random, nadie lo nombra. Todo se enciende, todo se borra. El cielo es un vaso, la lluvia es fuego. Las piedras flotan, se ríen los huesos. Mundo random, puerta sin llave. Tiempo sin forma, sueño que arde. Una luna de plástico, se quiebra en tus manos. El sol se derrite, en charcos dorados. Mundo random, todo al revés. Nada comienza, nada después. Un perro sin sombra, persigue su cola. El aire se parte, la noche se ahoga. Mundo random, ruido vacío. Luz que se apaga, luz que ha nacido.

El sol cashendo, sin horizonte. Un ojo abierto, se hunde de golpe. Lago de espejos, se rompe en llamas. El agua grita, nadie la calma. Peces de fuego, cruzan la orilla. Sombras doradas, arden de prisa. El aire quiebra, huesos de nube. La noche ardiendo, ya no hushe. El sol cashendo, incendia el sueño. El lago ardiendo, se queda ciego. Montañas líquidas, vuelan sin peso. El cielo muere, renace incierto. El sol cashendo, no tiene dueño. El lago ardiendo, es puro fuego.