Thomas Robson , imagen vía: showslow Caminaba por las aguas del mar con sus nuevas zapatillas antigravedad. Se sentía bien. Saltaban los delfines alrededor, parecían reírse con él. Arriba, el sol, más azul que nunca. Ya no pensaba en ella, se había borrado la memoria el domingo a la tarde. La vida es corta, no hace falta saber exactamente qué es lo que uno ha hecho o con quién uno ha estado para alcanzar esa tranquilidad del espíritu que Epicuro llamaba ataraxía . Lo cierto es que la espuma del mar y el olor a sal le llenaban los pulmones y eso era suficiente para él. “¿Qué más se puede pedir?”, pensaba y caminaba y caminaba **leemos en la wikipedia italiana : "Il campo semantico del termine atarassia, nella sua accezione di stato d'animo di benessere (eudaimonia), si contrappone a quello di marasma..." ...