Conversan (en la luna) el Diablo y Obama


Diablo: 
Antes la gente 
me tenía miedo
hoy dudan si alguna vez
he existido

Obama: 
El diablo es una
idea que cambia.

Diablo: 
Yo no soy una idea,
querido Obama.
Aquí estamos en la luna,
deme la mano.

(se dan la mano)

Diablo: 
¿No le parezco real?

Obama: 
Depende de lo que llamemos realidad.

Diablo: 
No me venga con
sofismas, hombre.
Lo real es lo que existe.
Qué duda cabe.

Obama: 
Técnicamente, la
existencia no existe.
Si llamamos realidad a
todo lo que hay
hay cosas que se pierden
la definición sólo capta
un instante
de todo lo existe 
de un modo mutante.

Diablo:
No tiene sentido
lo que dice, hombre.
¿Duda usted de ser real
entonces?

Obama: 
Hay gente que dice
que soy un reptil
comunista 
que vino de otro planeta
para reducir drásticamente
la población mundial
e instalar un Nuevo Orden
tiránico,
como si no hubiera hoy
suficiente tiranía
en el mundo.

Diablo: 
¿Y usted qué opina de lo
que dice esa gente?

Obama: 
Opino que cada quien es libre
de opinar lo que quiera.
Yo soy una herramienta,
gestiono sobre la marcha, 
soy sólo el rostro
visible de formas de producción
y convivencia humanas
y esas formas cambian. 
Por lo tanto: nada es real, 
porque la realidad es todo
menos un sustantivo.

Diablo: 
Le voy a decir una cosa,
yo soy eterno. 
Estoy aquí
desde que el mundo es mundo.
Primero estaba solo.
Caminaba por la Nada misma,
una sustancia bastante
pegajosa y fría.
Y me aburría. Ay, dios,
me aburría muchísimo.

Obama: 
¿Y qué pasó, sr. Diablo?

Diablo: 
Gracias por lo de Señor.
Le voy a decir lo que pasó:
con una de mis garras arañé la
Nada, y empezó a filtrarse
el agua del tiempo.
Gota a gota. Y cada gota
se iba solidificando en dioses
y mundos. Y así empezó la cosa,
más o menos. 
Así que usted no me va a explicar
a mí lo que es la realidad
yo estaba antes de que naciera
yo sé lo que es y cómo cambia.

Obama: 
Usted apela a una falacia
genética; haber presenciado
algo, aunque sea desde el mismo
inicio,
no significa entenderlo, 
querido Diablo.

Diablo: 
Dígame, ¿qué es lo
que no entiendo?

Obama: 
Usted no entiende nada
de política.

Diablo: 
Yo he tentado y corrompido
a muchos políticos.

Obama: 
De nuevo, eso no significa
que sepa entenderlos.

Diablo: 
Señor Obama, ilústreme
entonces, si le place.

Obama: 
La política es una telaraña,
pero esa telaraña la tejen
muchas arañas al mismo tiempo. 
Se yuxtaponen las redes, 
¿me entiende?

Diablo: 
No, no entiendo.

Obama: 
si usted superpone
una red a otra, 
superpone direcciones,
tiempos e intereses arácnidos
muy distintos y cambiantes,
entonces, ¿en qué posición
se encuentra el centro
y cuál es la verdadera
periferia?
La red de redes no tiene
sur ni norte.

Diablo: 
el eje de simetría
es el centro, 
así de sencillo,
el punto medio.

Obama: 
No hay punto medio
es una figura fractal
sobre otra, lo que da eje
en todo caso
es el centro de gravedad
pero ese centro depende
de cómo se acumulen
las arañas en las redes
de cómo tejan sus
desordenadas telas
y de qué tantas moscas
queden pegadas, 
¿me entiende?

Diablo: 
Usted es peor que yo.

Obama: 
Yo no soy nadie.
Sólo un nombre.
Yo soy toda la gente,
no soy más que una posición
en la red de redes, si usted
quiere,
si me muevo mal, me vuelvo
mosca y me devoran,
pero tarde o temprano todos
somos moscas.
Usted se equivoca y piensa
en base a dos coordenadas:
o se está conmigo o en mi
contra, ese mundo que tiene
en la cabeza no existió nunca.
¿O acaso me va a desmentir
que usted trabajó para Dios
tentando a Job, querido
Diablo?

Diablo: 
Hubo tantos dioses.

Obama: 
Me refiero a Yahwe,
usted sabe.

Diablo: 
No trabajé para ÉL,
trabajé con ÉL, cooperamos
por un tiempo
en proyectos comunes,
lo hice para no aburrirme.

Obama:
Pero entonces, Señor Diablo, 
usted mismo me confirma 
que la dualidad
maldad-bondad es falsa.

Diablo: 
Yo nunca dije que
hubiera bondad. Ni maldad.

Obama: 
Lo que no hay es dualidad,
lo supo el Buddha.
Toda frontera es porosa
y eso es lo que asusta. 
Usted, Señor Diablo, 
no es más que un nombre 
que pasará de moda.
Los dos somos iguales.
Dos moscas que quedaron pegadas
en mil redes arácnidas.



Comentarios

Entradas populares