una constante invisible
la asimetría emerge
como una suerte
un especie de constante invisible
sencillamente:
no hay ojos para el desorden
conocemos el desorden
por sus efectos
de un modo acaso indirecto
ocupa un lugar secundario
en nuestro breve entendimiento
un rincón
detrás del arpa y las telarañas
y sin embargo, esta secundariedad
no es metafísica, no implica duda
y sin embargo, esta secundariedad
no es metafísica, no implica duda
ni certeza
ocurre que el orden visto al detalle
se desordena
y claro que se cumple la recíproca
ocurre que el orden visto al detalle
se desordena
y claro que se cumple la recíproca
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