la oreja y el pensamiento enfermo


un día que la oreja
salió a buscar su comida
vio a un pensamiento
enfermo agonizando bajo
un recién florecido ciruelo


acercóse la oreja en puntas
de pie y preguntóle:

"¿cómo está usted de salú,
señor pensamiento?"

"pues, ya ve, me estoy muriendo",
respondió el pènsamiento

"no hace falta ser
tan descortés",
dixo la oreja
soltando unas breves
lágrimas
e incluso estornudando
un poco

entonces el pensamiento
ansí le dixo:

"muy señora mía,
ruego me disculpe,
entenderá que en mi
situación,
lo último que uno
tiene en cuenta
son los modales,
mundanas y tan vanas
discreciones"

"pues hace usté mui mal,
señor pensamiento,
los modales son muy
importantes", dijo
la orexa y agregó:
"piense que si usté
se muere de repente,
quizá deba responder
en otra vida
por los pecados de
ésta"

hubo un grave silencio

"tiene usté mucha razón,
señora orexa,
no lo había pensado así,
le pido diez mil y una
disculpas",
dixo el pensamiento enfermo
mordiéndose la lengua
de pura imprudencia

"lo disculpo totalmente",
le dixo la oreja
y agregó: "ya no se inquiete,
no se inquiete, por favor"

mientras el pensamiento temblaba
grises nubes poblaron
el cielo; y hubo un trueno

"yo le pido,quizá
sea otra imprudencia...
usté por anticipado
sepa disculparme,
en fin,

a falta de un sacerdote
en estas contigüidades,

señorísima orexa, me gustaría
en tan plena agonía mía,

confesarle a usté
mis pecados, mis faltas,
la manchas que me afean,

para así aligerar
un poco la conciencia que,
mucho me temo, me remuerde

en esta hora severísima

y en exceso última que me queda",

dixo humilde el pensamiento
parpadeando muchísimo


"aquí estoy, soy todo orexa",
le dixo la orexa
y no pudo
el pensamiento evitar una sonrisa

se abrían las nubes
y el sol volvía
a mostrarse, con poder suficiente
como para evitar tormentas
y chubascos, a pesar
de los truenos

"sepa usté que ya desde
dentro del vientre
de mi madre, hice yo
muchas maldades",
dijo el pensamiento
carraspeando

"¿qué clase de maldades
puede hacer un pensamiento?",
preguntó la orexa
sumamente perplexa

"verá, señora, los pensamientos
corremos muy ligero,
somos más veloces incluso que la luz,
y somos muy pero mui contagiosos,
más que la peste negra,diría,
de modo que:
aún desde aquella tierna edad
pude llenar de oscuridad
a mi madre
con mi sola presencia, porque
como puede usté ver
soy un pensamiento
bastante enfermo",
dijo el pensamiento

"es cierto, lo delata su
apariencia descuidada,
la barba de dos días,
las ojeras", dixo la oreja

"ruego disculpe la fealdad
que me adorna,
es lo que me ha tocado,
yo nací como por accidente",
se excusó el pensamiento
encongiéndose de hombros
--cabe aclarar que nació un viernes

"no se moleste en disculparse,
nadie elige cómo ni cuándo nace", dijo
la oreja y agregó: "prosiga
su confesión, por favor,
adelante"

"mi madre me parió un domingo,
y ni bien vi la luz
vi también el rostro de mi padre
horrorizado",
dijo el pensamiento en una mueca
de asco

"ya veo", dijo la orexa

y el pensamiento dijo:

"mi padre nunca me quiso,
y no es para menos
le hice la vida imposible,
me metí dentro de su cabeza
e infecté de miedo
todas sus ideas.


Empezó por desconfiar de mi
madre, todos sus actos
le parecían agresiones,
si hacía porque hacía
si no hacía, porque omitía,
si se mantenía neutral
también le molestaba,
todo el amor que había
entre ellos
acabó por marchitarse,
usté comprende, el miedo
llama al miedo"

"sí, lo comprendo", dixo la orexa
arqueando bastante las cexas

"se separaron por mi
culpa; y
mi pobre padre no pudiendo
soportar la soledad
se cortó las venas,

los encontraron muerto
junto al río,

mi madre, por su parte,
al enterarse de la mala nueva
perdió completamente el juicio",

dijo el pensamiento

y la orexa dixo:
"¿y qué fue de usté?,
si no le ofende
que pregunte"

"no me ofende,
yo hice mis maletas
y me fui de viaje,

intenté cambiar, hacer
nuevas amistades,
nada resultaba,

le arruiné la cabeza
a mucha gente
y aquí me tiene,

habiendo bebido la cicuta
completamente agonizante",

dixo el pensamiento
y se veía que estaba
dando sus últimos
respiros

entonces,
piadosa la orexa,
afinó la voz y le dixo:

"querido y tan enfermo
pensamiento,

a mí no me enfermó conocerle,
y debo decir,

que para que un veneno haga
efecto,
sea la cicuta, sea el mismo
pensamiento, hace falta
otro cuerpo que sea vulnerable
al efecto,

lo que quiero decir, en breve,
es que no es su culpa
ser y haber sido como le toca ser,

nació usté enfermo
porque así lo parieron
los dioses se complacen
en el contraste,

algunos nacen y mueren felices
y otros viven una vida
tan indigna como les cabe,

quiso usté ser distinto, quiso
cambiar, se arrepiente
del mal que sin querer causó,

no veo que exista una forma
de vivir con menos mancha,
y así la muerte que a usté
lo alcanza me enseña
cómo vivir mexor mi propia vida

en mi opinión de simple orexa
mortal
no merece usté ningún infierno"

las suaves palabras de la orexa
dieron paz al pensamiento enfermo
que así murió sonriendo


**
a modo de moralexa vienen
a cuento
las palabras inmortales 
de don Francisco Sánchez
quien escribe lo que sigue:

"ni siquiera sé esto:
que no sé nada. Sospecho,
sin embargo,
que ni yo ni los otros.
Sea mi estandarte esta
proposición,
que aparece como la que
debe seguirse:
nada se sabe.
Si supiera probarla, concluiré
con razón que nada
se sabe; si no supiera,
tanto mejor, pues eso era
lo que afirmaba"







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fuente del gráfico: analytica

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