la huella del aire
el más grave silencio cosido a los labios
borroso en el contorno del mundo insomne
lloviendo en humedades saladas multitudes
dolor desordenado transparente y deforme
aquí todo ese filo cabe
clavando la espina en rojas mejillas
quemadas hasta la médula en íntimas heridas
por diez mil y una batallas al margen
del hueso venenoso del lenguaje
así la taza de té verde frío desgaja
en palabra muda que intuye
que todo pasa sin decir nada,
pasa
la ira de dios, pasa la incómoda
virtud de la nada blanca, y pasa
la más redonda inquietud descalza
abriéndose muy bien el ojo de nuestra
urgente y prepenúltima catástrofe
flotando flamante en dilatada pupila
el más grave silencio cosido a los labios
que deja la huella del aire