un poema navideño
En estas navidades,
de fruta seca y alcoholes sinusoides
recuperemos el espíritu
del viento eléctrico, si cabe,
mudando de diagonales agridulces
a jugosas frutas rojas de
cualquier índole y/o especie
no perdamos la remera nueva
ni colguemos la mirada solamente
en las bolas brillantes que nos
devuelven con su magia
nuestras redondeadas imágenes
de un modo bastante risible
juntemos todas las tangentes
en virajes de columna dignas
de un gato
pero tampoco digamos no al perro
que uno lleva dentro
que tiene todo el derecho
a seguir ladrando, desde luego
y si alguien saca las cartas
del truco, bienvenido,
y si alguien tose más de la cuenta
debe ser culpa del aire acondicionado,
o del cambio climático
pero en todo caso, un camaleón no hace verano,
tengan todos un muy feliz daño nuevo,
y un próspero papa Noel asado al palo