padre de la noche eterna
Prabu Mundingkawati, aburrido,
salió a dar un paseo. Hacía muchísimo calor.
Ninguna nube había en el cielo. Prabu,
no soportándolo más,
levantó el brazo derecho y encerró al sol
en un puño hasta apagarlo.
Ahora hace frío, Prabu
no ha sabido volver a encender al sol,
y se lamenta.
Le llaman el padre
de la noche eterna
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