transparencia
Era un anciano niño que viajaba de mundo en mundo. Y tenía una piel transparente que lo dejaba ver todo. Con todo me refiero al pensamiento.
En cierta ocasión, conversando con Marcos, le dijo:
--Realmente no sé lo que estoy pensando.
A lo que Marcos respondió:
--Sucede que estás pensando turbio--. Y entonces le puso delante un espejo.
Ahora entiendo, pensó el anciano niño. Y el paisaje fue aclarando.
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