las dos columnas
no hay color después del ruido
la batalla del aire
desde siempre la perdimos
silencio de las toses, rosas que
se abren
crepúsculos de espinas
y de sangre
¿vas a negarte a mirarme?
¿no me oyes?
todo fue una mentira triste
¿por qué entonces
quieres saber quién es culpable?
reposo en el centro del viento,
déjenme hablar
déjenme dar las
innecesarias explicaciones
últimas noticias serán agua fresca
en lengua seca
un templo vacío
manzana podrida
al menos el sapo
croa
al menos hay pan fresco
y cae la lluvia
¿qué más, querida?
todo fue una triste mentira
¿por qué entonces
quieres saber quién es la víctima?
(sol herido se hunde en luna llena
el lago está seco
a pesar de la lluvia
tengo las orejas rojas
por el frío
me faltan los dientes
no tengo voz, estoy ciego
estuvo escrito, dicen, en tabla de arcilla
la certeza cuneiforme
dios no fue el padre, nadie la madre
del rayo, del mar
y del bosque
y con esos materiales,
hicimos lo que pudimos
alimentamos un rato el fuego
poco más
poco menos
cosechando las uvas del vino
bebiéndolo despacio
vuelve si puedes, y dile a tu rey
que aquí están sus llaves
las que abren
la vida y la muerte
el canto del grillo
el rojo
de la trémula y tierna
carne de otoño
la penúltima
nieve sacerdotal sobre la brasa
del chivo expiatorio
también el verbo
supo volverse hueso y disculparse
eso era fácil
perdonar pecados
rezar por los locos y los cuerdos
si al fin y al cabo, nunca supimos
y no podíamos saberlo
no podíamos
¿Hizo falta la ofrenda,
el sacrificio?
¿Fue otro accidente,
fue necesario?
No importa demasiado
todo era hueca verdad desnuda
¿por qué entonces, querida,
todavía dudas?
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