de golpe


“Hola, soy tu príncipe azul”
“Qé tal?”
“Querrás decir qué tal”,
la corrigió el príncipe,
amablemente.
“Buda es nieve negra. No me corrijas, me molesta”,
díjole ella,

El príncipe abrió el paraguas, pues caían
gorriones de punta, quiere disfrutar
de la vida, pero es sólo un deseo,
carece de cuerpo.
No tiene voluntad
tampoco

alto, pero a pesar de su
metro ochenta, era un manojo de arrugas,
parecidas a cáscaras de luz
pintadas recién de sombra

y parecían hundírseles
los hombros, únicos instrumentos que permiten
que la realidad se
presente toda junta
de golpe




Comentarios

Entradas populares