de hoja redonda
Estirar la mano de la noche en decenas de ríos que poco comen. Reapareciendo en forma de peces y escamas de voces. A flor de rumor, con retazos de otros juguetes tropicales, en la boca del viento sonriendo. El bosque fue mi madre. Arrodillado el eco a espaldas del espejo. Un sol chorreando sombreros.
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