Soneto para la muerte de la ley de lemas
Por el labio de un pueblo que despierta,
la ley antigua ya no cuenta el cuento,
su melodía, confuso juramento,
Con el roer del sol la jaula deja abierta.
La voluntad, que erraba incierta,
por lemas que jugaban al fragmento,
hoy busca en la armonía su cimiento,
y en la verdad, la senda se concierta.
Los votos danzan, libres de sublemas,
en la elección, su voz conjura disonancia
Conserva el pulso
De sobria exuberancia.
Se apaga en un rumor la vieja escena,
donde extraviar el voto era condena
del pulpo demagógico
en conserva
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